El segundo debate republicano de los candidatos republicanos a las primarias estuvo marcado, como el primero, por la ausencia de Donald Trump. Varios de los candidatos se atrevieron a criticarle. El exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, se dirigió directamente a él mirando a cámara y, con un juego de palabras, dijo que era el momento de llamarle “pato Donald”. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, criticó su ausencia diciendo que estaba “desaparecido en combate”. El exvicepresidente Mike Pence criticó sus ansias de acaparar poder en Washington. Pero ni siquiera se mencionaron sus problemas legales.
El debate, sin embargo, fue desordenado, aburrido por momentos, sin la novedad ni los frecuentes rifirrafes chisposos entre candidatos que animaron el primero. Esta vez tuvieron algunos enfrentamientos casi a gritos sin que apenas se les entendiese. Los moderadores no fueron capaces ni de ordenar la discusión ni de animarla. Con siete participantes sobre el escenario, ningún candidato logró tampoco elevarse sobre el resto. Vivek Ramaswamy, que atrajo los focos en el primer encuentro, esta vez recibió ataques por todas partes. DeSantis, segundo a las encuestas a gran distancia de Trump, estuvo algo mejor que el primer día, pero sin brillar tampoco en ningún momento. Nikki Haley probablemente tuvo la mejor actuación.
La campaña de Trump cantó victoria. Era protagonista del debate pese a su ausencia y los ataques, que han pasado por alto sus causas penales y su comportamiento tras las elecciones de 2020, se quedaban en meros arañazos. El expresidente contraprogramó con un mitin en una fábrica en Míchigan en que arremetió contra el coche eléctrico y contra el presidente, Joe Biden, a quien ve como su verdadero rival para las elecciones del 5 de noviembre de 2024. Los republicanos también cargaron las tintas contra Biden en un debate en el que se habló de inflación, inseguridad e inmigración, pero no de la amenaza inminente de cierre del Gobierno ni de los 91 delitos por los que está imputado Trump.
Estas fueron algunas de las intervenciones destacadas del debate.
Ron DeSantis
El gobernador de Florida empezó criticando la situación de Estados Unidos: la inflación, la inseguridad, la inmigración, para decir: “¿Y dónde está Joe Biden? Está completamente desaparecido en combate del liderazgo. ¿Y saben quién más está desaparecido en combate? Donald Trump está desaparecido en combate. Debería estar en este escenario esta noche. Les debe a ustedes defender su historial en el que añadieron 7,8 billones de dólares a la deuda sentando las bases de la inflación que tenemos ahora”.
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El gobernador de Florida es segundo en las encuestas, pero la brecha con Donald Trump apenas ha parado de ampliarse. DeSantis ha decidido lanzarle algunos ataques en el segundo debate, criticando su ausencia, pero también presumiendo de su política firme contra el aborto, frente a cierta indefinición de Trump. Ocupando el puesto central del escenario, ha sido el candidato que más ha hablado. Ha aprovechado algo mejor sus minutos que en el primer debate, pero no ha logrado alzarse lo suficiente como para ser percibido como una alternativa real. “Las encuestas no eligen presidentes. Los votantes eligen presidentes”, ha dicho cerca del final del debate. No pierde la esperanza.
Vivek Ramaswamy
El emprendedor tecnológico se pronunció en contra de que los hijos de inmigrantes que han llegado de forma ilegal al país adquieran la ciudadanía por nacer en suelo estadounidense. “Os queremos aquí en este país para cubrir seis millones de puestos de trabajo vacantes que tenemos, pero solo si venís a cumplir la ley, y solo si venís legalmente”.
Ramaswamy fue la sorpresa del primer debate. Acaparó las intervenciones y los ataques a otros candidatos, y salió relativamente bien parado de la mayoría de enfrentamientos, aunque también recibió un par de revolcones. Se mostró como un trumpista milenial y defendió el legado del expresidente. En el segundo debate, sin embargo, el factor sorpresa ya había pasado. Apeló a la unidad y a superar las divisiones cuando le atacaban, pero sin resultar convincente. Fue objeto de críticas por haber tenido negocios en China, por usar TikTok y por no apoyar la ayuda a Ucrania, entre otras cuestiones. No estuvo hábil defendiéndose. Y su discurso sonó artificial y por momentos lanzó bulos, entre ellos el de que la transexualidad «es un desorden de salud mental”.
Nikki Haley
La exembajadora de Estados Unidos ante la ONU ha elegido a Vivek Ramaswamy como blanco de alguno de sus ataques, entre ellos uno por usar TikTok: “Esto es exasperante porque TikTok es una de las apps de redes sociales más peligrosas que podríamos tener. Sinceramente cada vez que te oigo me vuelvo un poco más tonta por lo que dices”.
Nikki Haley, la única mujer que compite en las primarias republicanas, aparece como una de las ganadoras del debate. También destacó en el primero. Se manejó con soltura, mostró criterio propio, no rehuyó el choque con otros candidatos, entre ellos Ramaswamy y el senador Tim Scott y completó una actuación sin errores. De no ser por la enorme ventaja que saca Trump a todos los candidatos, parecería la estrella ascendente de las primarias.
Mike Pence
El exvicepresidente de Donald Trump atacó a su antiguo jefe por sus ansias de acaparar poder en Washington. Él, en cambio, prometió entregar más recursos y competencias a los estados. Sin embargo, la mayoría de sus ataques fueron dirigidos al actual presidente. Criticó su apoyo a las energías verdes y su presencia en un piquete de Michigan el martes: “Joe Biden no pertenece a la línea de los piquetes, pertenece a la cola del paro”.
La referencia de Pence a la cola del paro no es muy afortunada. La creación de empleo ha batido récords durante el mandato de Joe Biden. La economía estadounidense ha creado más empleos en la primera mitad de su presidencia que en cualquier primer mandato de cualquier otro predecesor. La tasa de paro se mantiene cerca de sus mínimos en medio siglo, constantemente por debajo del 4%. De hecho, lo que preocupa a la Reserva Federal es que haya tanta tensión en el mercado laboral, con muchas más plazas disponibles que parados. Por lo demás, Pence ha tenido un debate gris. En el primero logró que el resto de candidatos defendiese su decisión de plantarse ante Trump cuanto le pedía anular el resultado electoral. Esta vez ni siquiera se ha hablado del tema.
Chris Christie
El exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, miró a la cámara para dirigirse directamente a Trump: “Sé que estás mirando porque no puedes evitarlo. No estás aquí esta noche, ni por las encuestas ni por tus imputaciones. No está aquí esta noche porque tiene miedo de estar en este escenario y defender tu historial. Está esquivando [ducking] estas cosas. Y déjame decirte lo que va a pasar: Si sigues haciendo eso, nadie te llamará Donald Trump. Te vamos a llamar Pato Donald [Donald Duck]”.
Christie es el más fiero opositor a Trump entre los candidatos republicanos de las primarias. Dijo que el expresidente “se esconde detrás de las paredes de sus clubes de golf” en lugar de contestar a las preguntas. Y cuando los moderadores, sin mucho éxito, trataron de convertir la carrera de las primarias en Supervivientes y preguntaron “quién debería abandonar la isla”, fue el único que se mojó: “Yo voto echar a Donald Trump de la isla ahora mismo. No solo ha dividido a nuestro país, ha dividido a las familias”. Christie se ganó algunos abucheos de los asistentes al debate en la Biblioteca Ronald Reagan de Simi Valley (California), pero en algunos momentos sus intervenciones también fueron recibidas con risas o aplausos.
Tim Scott
Tim Scott es el único senador negro del Partido Republicano y el único candidato negro de sus primarias presidenciales. Criticó a DeSantis por una mención del plan de estudios de historia de Florida que sugiere que con la esclavitud, los afroamericanos aprendieron habilidades que los beneficiaron. “Debería haber quitado solo esa frase”, dijo. “Las familias negras sobrevivieron a la esclavitud. Sobrevivimos a los impuestos electorales y a las pruebas de alfabetización. Sobrevivimos a la discriminación entretejida en las leyes de nuestro país”.
Pese a esa intervención, Scott sostiene que Estados Unidos no es racista. En el primer debate estuvo completamente desdibujado, pero en el segundo ha tenido algunos momentos en que ha expuesto su oratoria. Se enredó en un rifirrafe con Nikki Haley en el que las palabras de ambos se superponían. En general, su campaña ha estado muy por debajo de las expectativas. Intentó ganar algo de notoriedad a raíz de la huelga de los Tres Grandes de Detroit asegurando que sería partidario de despedir a los huelguistas. Cuando le han preguntado si despediría a cientos de miles de personas en huelga se ha echado atrás alegando que ningún presidente puede despedir a empleados del sector privado.
Doug Burgum
La huelga del sector del automóvil ha aparecido varias veces en el debate. El gobernador de Dakota del Norte se ha referido a ella: “La razón por la que la gente está en huelga en Detroit es la interferencia de Joe Biden con los mercados de capitales y el libre mercado. Estamos subvencionando a los fabricantes de automóviles, y estamos subvencionando los coches, y un tipo particular de coche, no todos los coches. Estamos subvencionando los vehículos eléctricos”.
Burgum es un candidato marginal, que ha logrado entrar en el debate en el último momento, pero su intención de voto es mínima. No ha destacado por sus intervenciones y ha sido el que menos ha hablado, aunque en una ocasión se ha alargado tanto que los moderadores han tenido que amenazar con cortarle el micrófono. Probablemente, ya no esté en el tercer debate, previsto para el 8 de noviembre en Miami.
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