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    ¿Pero quién no quiere cambiar la Constitución española? | España

    Azanías Pelayo

    PorAzanías Pelayo

    Dic 5, 2023

    Con casi medio siglo de vida, la mayoría de los ciudadanos cree que la Constitución de 1978 ha sido positiva para España. Con todo esto en mente, nos sumamos al llamado de algunos de los líderes políticos que están en la convocatoria de estos primeros días para defender la Constitución, y aquí estamos en nuestro país para muchas de las personas que quieren mantener la Ley Fundamental.y como estas. Esta es una de las conclusiones que se extraen de la nueva versión del Barómetro de 40dB. para EL PAÍS y Cadena SER: sólo dos de cada 10 entrevistados se muestran inmóviles, mientras que la mayoría está a favor de reformas ligeras (cuatro de cada 10), reformas profundas (dos de cada 10) o incluso la preparación de una nueva Constitución texto (uno de cada 10).

    El deseo de reforma constitucional es sorprendentemente transversal en la sociedad española. No existen diferencias por género, tamaño de la vivienda, clase social, nivel educativo o capacidad económica. Aún más sorprendentes son las pocas divergencias entre comunidades autónomas: como era de esperar, las más favorables a statu quo Son los madrileños y los andaluces, pero sólo uno de cada cuatro piensa así. En el otro extremo, sólo alrededor de uno de cada diez catalanes y vascos se opone a la reforma. Sólo la edad, el voto y la ideología discriminan a la población, pero no hay grupo de edad o grupo de votantes que no esté a favor de introducir cambios en la Constitución. Lógicamente, la inmovilidad rara vez está presente entre los más jóvenes (uno de cada 10), frente a un tercio entre los mayores de 64 años. Asimismo, los votantes de PP y Vox son más partidarios de mantener la Ley Básica, pero la mayoría de ellos también quiere reformas. En el mismo sentido, es mucho más probable que los ciudadanos ideológicamente de derecha quieran preservar la Constitución que los de izquierda (cuatro de cada diez son de derecha, en comparación con sólo uno de cada diez de izquierda), incluso si son más aún los que optan por el cambio. Las personas poco visibles en política, centristas y moderados, tampoco se quedan inmóviles (sólo dos de cada diez).

    Además del deseo de renovar la Constitución, el estudio revela un cierto consenso respecto de los cambios que la sociedad desea que se aborden en un proceso de reforma. Entre ellos, hay dos temas pendientes, visibles en el debate público desde hace años: por un lado, la modificación del orden de sucesión de la Corona para que los herederos varones al trono no tengan preferencia sobre las mujeres y, por otro, la transformación del Senado en un verdadera cámara de representación territorial. La empresa también está a favor de la resolución nuevos temas, como la introducción de derechos digitales, la protección de los bienes comunes (agua, energía, etc.), la garantía de un acceso sostenible a los mismos y la posibilidad de que los ciudadanos, a través de un proceso de recogida de firmas, promuevan un referéndum obligatorio.

    Sin embargo, el escepticismo sobre la posibilidad de una reforma constitucional también está extendido en la sociedad española. La mayoría (incluso la derecha) no cree en una reforma de la Ley Fundamental. Y la mayoría (incluso de derechas) piensa que entre todos los partidos con grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados sólo dos no están a favor de esta reforma, el PP y Vox.

    En resumen, muy pocos ciudadanos desean mantener intacta la Constitución de 1978. Sin embargo, en esta semana del aniversario constitucional, la cuestión específica de la amnistía, que sin duda tiene más detractores que partidarios, no debe eclipsar el deseo mayoritario de adaptación. normas constitucionales a los valores y desafíos de la sociedad en la que vivimos.

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